Debería despertar suspicacias incluso entre los más acérrimos seguidores del cine de terror.
Si ya al hablar de Quarantine recalcábamos lo innecesario de su existencia a nivel creativo –pese a que entendiéramos los motivos pecuniarios que había de fondo al realizar el remake–, se nos habrá de permitir que al encarar el comentario sobre la secuela de Rec (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007) echemos mano de las mismas argumentaciones, para mostrarnos recelosos ante la obligación artística de sus realizadores de tener que contar lo que sucede en la misteriosa vivienda a los pocos minutos de concluir la historia original, cuando lo cierto es que el producto resultante había contentado en su día a los fans del cine de terror, pero tampoco ofrecía unos resultados tan apabullantes como para que se cree toda una saga –queda en el aire una futurible tercera parte– y una reinterpretación por parte de Hollywood.
Tras los hechos previos, en [●Rec] 2 vemos cómo un equipo de los GEOS entra en el edificio para intentar contener la infección de quienes allí habitan. A partir de ese punto asistimos al recorrido del grupo por la casa, topándose con sorpresas poco agradables y protagonizando una especie de relectura de lo que acontecía en [●Rec], con algunos planos muy similares, pecando por tanto de una cierta redundancia si ya se conoce el argumento del filme original.
A la pérdida del elemento sorpresa –que era a la postre uno de los puntos fuertes de [●Rec]– cabe añadir por un lado el poco afortunado uso que se hace de ciertos toques cercanos al humor (de nuevo vemos cómo hay espectadores que gracias a esos tramos son incapaces de tomarse en serio nada de lo que sucede posteriormente en la cinta), y por otro el empeño de Balagueró y Plaza por dar respuesta a recovecos del guión que no habían quedado claros, únicamente logrado concatenar una serie de explicaciones que dejan bastante patidifusos a quienes considerábamos que tampoco hacía ninguna falta ofrecer tantos detalles, y dando pie a unas decisiones argumentales que se entregan sin rubor a lo inverosímil. Algo a lo que tampoco ayudan mucho las interpretaciones de casi todo el reparto.
Entre los puntos favorables de [●Rec] 2 entrarían el buen pulso de la realización –que esta vez cuenta con más de una cámara dentro de la ficción–, la tensión que crea en algunas secuencias, unos cuantos sustos y poco más. Como con un mal chicle, se ha perdido el sabor inicial y a cada minuto que pasa nos asalta más la sensación de estar metidos de lleno en un acto puramente mecánico, mascando a la espera de que lleguen los títulos de crédito.
Así pues, un producto decepcionante que pretende seguir explotando el filón de una buena idea inicial, pero que pierde la gracia cuando más se intenta ahondar en ella. Debería despertar suspicacias incluso entre los más acérrimos seguidores del cine de terror.